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Entrevista a Juanma Martín, segundo capataz de Ntro. Padre Jesús de la Salud (Los Gitanos). «El Cristo de los Gitanos es mi vida…»

Fuente: ultimotramo.blogspot.com. Viernes 30 de marzo de 2007

 

«El Cristo de Los Gitanos es mi vida»

 

Perfil:

 

Juanma Martín nació en Sevilla un 12 de noviembre de 1979. Bautizado en San Román, desde muy pequeño se entusiasmó por el mundo del martillo de la mano siempre de su padre como maestro. Este cofrade no pedía otra cosa por Reyes que ir junto a su padre como capataz. Su infancia transcurrió entre costales y trabajaderas por lo que desde muy pronto sintió el deseo de continuar con el oficio familiar. Ha estado delante del paso de las Cinco Llagas (La Trinidad), Las Penas de San Roque y actualmente como segundo capataz del paso del cristo de los Gitanos. Además, dice sentirse orgulloso de pertenecer a la cuadrilla de costaleros de la hermandad de Los Panaderos. Afable, familiar y entrañable, Juanma admite que uno de sus rincones favoritos donde siempre está cada Semana Santa es en la salida de la hermandad de San Julián, cofradía de la que es también hermano.

 

Asimismo, este gitano asegura que nunca hablaría mal de su hermandad de Los Gitanos aunque tuviera razones para hacerlo. Al entablar contacto por teléfono con él, normalmente suele escucharse de fondo alguna marcha de Semana Santa “Caminando va por Tientos en la madrugá” a ser posible, ya que como él mismo reconoce: “La Semana Santa es mi pasión”. Como lo es también su familia de la que dice sentirse muy orgulloso el mar y sobre todo Chipiona, lugar donde suele veranear. Aunque su mayor deseo sería “llevar algún día al Señor de la Salud como primer capataz”, Juanma no quiere ni pensarlo porque le gusta la figura de su padre delante del paso y para él es algo más que su maestro. Como lo son también su cuadrilla de costaleros que lo han “respetado y ayudado siempre”. Si bien, Juanma Martín comienza a hacerse hueco en la historia de la Semana Santa gracias a su esfuerzo, experiencia, sabiduría, técnica y sobre todo valor humano, características que le hacen ser un verdadero artista delante del martillo.

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